La Franja Amarilla
En su ensayo Colombia: Proyecto nacional y la Franja Amarilla, escrito hace una década, dice usted que Colombia es un país mezquino, poco auténtico, antipopular y excluyente...¿Aún tiene esa percepción hoy?
"En realidad no lo digo del país, sino de la dirigencia colombiana. Han sido poco auténticos, mezquinos, excluyentes. No han construido un país para los colombianos, sino para unos sectores, para unos intereses, para unas elites. Que la mayor parte de la población colombiana no haya sido beneficiaria del proyecto histórico que Colombia construyó, hoy es aun más grave que en otros tiempos. A cambio de algunas modificaciones positivas de nuestro vivir, que me parecen más una tregua de unas causas profundas, aún sin resolver, el proyecto económico y politíco del país es sólo de elites cada vez más reducidas y muchas de ellas cada vez más violentas. Es un llamado a una ciudadanía más activa, más conciente , más capaz de saber lo que merece y más capaz de buscarlo. Y seguire repitiendo que el principal mal de Colombia no es la guerrilla o los paramilitares, o la corrupción o tener elites egoístas..., sino no tener una ciudadanía que le ponga freno a todo eso. La democracia es una ciudadanía capaz de exigir, de saber que está pasando, de tomar decisiones, de reprochar lo que no se hace bien y de exigirles cuentas a quienes administran los recursos de la nación. Siento que sigue siendo necesaria la Franja Amarilla".
William Ospina