viernes, 18 de enero de 2008


La Franja Amarilla

En su ensayo Colombia: Proyecto nacional y la Franja Amarilla, escrito hace una década, dice usted que Colombia es un país mezquino, poco auténtico, antipopular y excluyente...¿Aún tiene esa percepción hoy?

"En realidad no lo digo del país, sino de la dirigencia colombiana. Han sido poco auténticos, mezquinos, excluyentes. No han construido un país para los colombianos, sino para unos sectores, para unos intereses, para unas elites. Que la mayor parte de la población colombiana no haya sido beneficiaria del proyecto histórico que Colombia construyó, hoy es aun más grave que en otros tiempos. A cambio de algunas modificaciones positivas de nuestro vivir, que me parecen más una tregua de unas causas profundas, aún sin resolver, el proyecto económico y politíco del país es sólo de elites cada vez más reducidas y muchas de ellas cada vez más violentas. Es un llamado a una ciudadanía más activa, más conciente , más capaz de saber lo que merece y más capaz de buscarlo. Y seguire repitiendo que el principal mal de Colombia no es la guerrilla o los paramilitares, o la corrupción o tener elites egoístas..., sino no tener una ciudadanía que le ponga freno a todo eso. La democracia es una ciudadanía capaz de exigir, de saber que está pasando, de tomar decisiones, de reprochar lo que no se hace bien y de exigirles cuentas a quienes administran los recursos de la nación. Siento que sigue siendo necesaria la Franja Amarilla".

William Ospina

jueves, 13 de diciembre de 2007


DESANGRADOS


"¿Pero acaso no tenéis ojos, ni corazón, ni oídos aterrados y sensibles para escuchar la sangre de Colombia, la sangre de vosotros mismos, que por los campos y por las ciudades se arrastra como loca, a borbotones, empujando el amor, las catedrales, la hermosura, las cosas esenciales, hacia los precipicios infernales? ¿Pero es esta la patria, colombianos? Decidme, hermanos míos, ¿es la madre? ¿Es este el vientre de donde brotamos? ¿Es esta la cuna donde nuestros huesos comenzaron a arder y a levantarse?".

Carlos Castro Saavedra

NATURALEZA MUERTA


"No hay hombres extraños en medio de otros hombres,
La vida es una sola, como es solo el pan.
Hay que pensar a menudo en lo que significa la existencia
De cualquier persona.

Es sagrada la boca que sonríe. también la mano que trabaja.
Sagrados son los ojos que miran una flor y los pies
Que levantan el polvo de un camino. Nadie tiene
Derecho a destruir a nadie, ni a convertir su propio
Rostro en un puñado de ceniza.

Es preferible caminar
A oscuras que alumbrar nuestros pasos con la luz de un arma,
Y es mucho más honrado y soportable el peso del
Cadáver de un hombre asesinado por otro hombre.

Mientras no se conquiste el respeto a la vida,
Sera inútil hablar de amaneceres y de una tierra
Coronada por un cielo pacifico".

Carlos Castro Saavedra

MUJERES, AL GOBIERNO DE LA CASA GRANDE


"En Colombia todavía tenemos que pensar de dónde venimos, quiénes somos y a dónde queremos ir. Yo aspiro a que algún día tengamos esa sed de grandeza que hace surgir a los pueblos de la nada hacia el sol. Cuando seamos incondicionales frente a la defensa de la vida y la libertad de los nuestros, es decir, cuando seamos menos individualistas y más solidarios, menos indiferentes, más comprometidos, menos intolerantes y más compasivos (...) entonces creo que ese día seremos la Nación grande que todos quisiéramos que fuéramos".

Íngrid Betancourt

martes, 11 de diciembre de 2007



LUIS FERNANDO VÉLEZ VÉLEZ
(1944-1987)


Este ilustre profesor y activista de los Derechos Humanos nació en Salgar, municipio antioqueño, el 27 de noviembre de 1944. Ingresó a la Universidad de Antioquia a estudiar Derecho en el año de 1963 graduándose como Abogado en 1968 con la tesis Reflexiones personales sobre la pena judicial. Realizó un diplomado en Teología en la Universidad Pontificia Bolivariana entre los años 1963 y 1966.

"El único enemigo es aquel con quien no podemos ejercer la sublimación de la palabra y su fuerza regeneradora, su poder revivificante; es aquel con quien no podemos dialogar", dijo alguna vez Luis Fernando Vélez. En sus labios esa convicción fue la verdad que más tarde cobraría su vida. No defendió la palabra y la libertad por ningún afán personal, sino porque entendía que la carencia de las dos hacia carente, hasta la mendicidad, a toda una sociedad. Fue abogado, antropólogo, teólogo, profesor e indigenista para tener lenguajes con los cuales comunicar la necesidad d ser libres y de tener motivos en la vida para reír, para ser amigos. Quienes lo mataron desde las sombras, como mataron a tantos otros de su estirpe y de su vehemencia para amar, nunca entenderán qué es la sublimación de la palabra. Ese es, en verdad, el peor mal que nos aqueja.

"Quienes acepten nuestro hermoso llamamiento deben estar dispuestos a aceptar que ese único enemigo también tiene derechos que no pueden ser atropellados, pues emergen de su dignidad como persona humana, así la atrocidad de sus comportamientos parecieran denotar su afán enriquecido por renunciar a esa elevada dignidad".


PEDRO LUIS VALENCIA GIRALDO
(1939-1987)


Nació en Medellín el 20 de Noviembre de 1939. En 1959 ingresó a la facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y en 1965 se graduó como Médico Cirujano; en el año de 1968 realizó un Magíster en Salud Pública en la Escuela Nacional de Salud Pública, dependencia de la misma universidad.

Llevó consigo el emblema de la rebeldía como quien lleva una flor en la solapa y como cumplimiento de un deber insoslayable en una sociedad que cohabita con la injusticia y la desigualdad. Fue asesinado en una ciudad que, en un momento determinado, se convirtió en el imperio de la impunidad y que cobraba con violencia las derrotas que sufría en el terreno de las ideas. Hoy su recuerdo y el ejemplo de sus luchas humanistas y solidarias acompañan los sueños de igualdad, de educación y de cultura inmersos en la misma ciudad donde nació y murió.

"Darle posibilidades a que el país realice, en un ambiente propicio, una serie de reformas que la nueva realidad del país exige. Se requiere ante todo modernizar el aparato del Estado, lo que significa democratizar la vida del país; lo primero son las reformas políticas, sin reformas políticas no se pueden dar las reformas sociales y económicas. Sin paz no hay reformas políticas y sin reformas políticas no hay reformas económicas-sociales".

viernes, 7 de diciembre de 2007



LEONARDO BETANCUR TABORDA
(1946-1987)


El 13 de febrero de1946 nació en Titiribí, municipio antioqueño, Leonardo Betancur Taborda. La Universidad de Antioquia le concedío el titulo de Médico Cirujano el 2 de julio de 1971. Asimismo, obtuvo el Magíster en Salud Pública el 12 de diciembre de 1973; además, realizó un curso de posgrado en planificación de Recursos Humanos para el sector salud en la Universidad Nacional de Colombia.

Fue discípulo de Héctor Abad no sólo en la Facultad de Salud Pública sino también en la plaza pública como líder y tribuno en la defensa de los derechos humanos. Pese a su juventud contaba con una madurez que lo hizo descollar tanto por su ímpetu de líder natural como por su personalidad de buen profesor y de amigo incondional de las causas que implicaban el bienestar de la Universidad, de las nuevas generaciones y, ante todo, que implicaban la lucha por la justicia y contra todo tipo de violencia y de crímenes, vinieran de donde vinieran. Cayó asesinado junto a Héctor Abad Goméz, y por las mismas razones: la brutalidad y el horror de la intolerancia no soportaban que tuvieran vida dos llamas al viento, libertarias y lúcidas.

"Es de público conocimiento que la miseria, el desempleo, la negación de derechos elementales, el pisoteo de la dignidad humana genera resentimiemtos entre las distintas clases sociales y actitudes profundas de rechazo, que si se orientan politicamente conducen a un replanteamiento social, a una revolución o a demanda de reformas sociales, pero cuando ello no es posible el resultado es una gran degeneración ética y moral bajo el principio de 'sálvese quien pueda, no importa contra quien', se degrada el principio de la solidaridad humana, y el respeto a la persona, a la vida y a los bienes de los ciudadanos desaparece en esa proporción".