miércoles, 11 de julio de 2007



NI TAN JÓVENES NI TAN VIEJOS

Ser joven es ser dinámico, positivo, arriesgado, comprometido...

Ser viejo es ser sabio, honesto, responsable, comprensivo, tolerante...

Ni tan jóvenes ni tan viejos. Escuchar los puntos de vista del otro e impregnarnos de ellos, plantear nuestros sueños y aprovechar las sugerencias que pueden hacernos los adultos, es también una manera de vivir con frescura sin renunciar a la rebeldía y la creatividad.


Los viejos nos recuerdan que la mayor cualidad de los jóvenes es el poder y el entusiasmo, mientras que la gran virtud de la gente mayor es la sabiduría. Si les hacemos caso es entonces hora de mirar la historia, la misma que nos cuentan nuestros padres y abuelos, para que aprendamos de sus logros y derrotas y las confrontemos con nuestro mundo. Con solo esto habremos recorrido una gran parte del camino.


La juventud va de la mano con la tolerancia, con la capacidad de ser universales, de entender los mundos de quienes nos rodean.

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